lunes, 22 de febrero de 2016

Sentido común... el menos común de los sentidos



La semana pasada estuve en un curso sobre gestión de proyectos con Scrum Manager. ¿Y qué hace una persona certificada en PMP, que es el summum de metodología de gestión de proyectos predictiva metida en la agilidad? Es sencillo ... por sentido común. Como leo todo lo que cae en mis manos... o todo lo que despierta mi interés de entre lo que cae en mis manos, me encontré con los 4 principios del Manifiesto Ágil (http://www.agilemanifesto.org):

"Hemos aprendido a valorar:


Individuos y sus interacciones sobre procesos y herramientas
Software funcionando sobre documentación extensiva
Colaboración con el cliente sobre negociación contractual
Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan

Esto es, aunque valoramos los elementos de la derecha, valoramos más los de la izquierda."

Al final, me encontraba con una metodología de gestión con mucho, mucho, mucho sentido común, que ponía de manifiesto lo que yo siempre he pensado de los procesos. Los procesos no son un fin en sí mismo, sino un medio para conseguir nuestro objetivo, y si esto supone que nos retrasan, que son engorrosos, que son burocráticos y, en resumen, que no nos sirven, ¿por qué no cambiarlos?. Es curioso cómo a veces nos complicamos la vida para seguir un proceso que todos pensamos que es "una tortura" y nadie hace nada por cambiarlo.

Además, me he encontrado también con el principio que siempre he defendido, dicho de otro modo, pero el mismo principio: Sin personas, sin equipo, no importa cómo de buenos sean nuestros procesos y las herramientas que tengamos, nuestros proyectos no tendrán éxito. ¿Esto quiere decir que los procesos no valen? No, en absoluto, claro que valen. Todo, en la vida, es un proceso... nacer, morir, vivir... Lo que tenemos que hacer es ponerle un poco de sentido común a todo lo que hacemos y, sobre todo, no hacernos "fundamentalistas" y pensar que nuestra manera de hacer las cosas es la única que vale. Seguro que no es la peor... ni la mejor, pero si no nos lo planteamos nunca, no habrá evolución.

Y el Manifiesto Ágil no sólo dice que las personas importan, son lo que importan, sino que además le pone tanto sentido común a la manera de funcionar, que parece que por sí mismo convence... Conmigo lo ha hecho.


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