jueves, 8 de diciembre de 2016

Cruzar la línea para dejar de hablar y empezar a comunicarse


Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, nos relacionamos con nuestro entorno y nuestros semejantes de manera continua pero, ¿realmente nos comunicamos? 

Tanto en los proyectos como en el día a día, se confunde en muchas ocasiones "hablar" con "comunicarse". Estamos cansados de oír teorías de la comunicación, del lenguaje no verbal, de lo que se dice sin hablar y al final, muchas veces nos puede nuestro ego ... y sólo hablamos... ¿Cuántas veces escuchamos para replicar en lugar de para entender el otro? ¿Cuántas veces "tener razón" y decirle al otro lo que queremos que escuche nos puede por encima de todo? Pero al final, ¿qué conseguimos? ¿Liberar nuestro ego? ¿Decir en alto nuestros pensamientos? ¿Imponernos al otro? ¿Quedar por encima? Si tu objetivo está entre alguno de ellos, entonces obviamente no buscas comunicarte sino otra cosa. Sin embargo, si lo que queremos es que nos comprendan y comprender, si lo que queremos es transmitir, entonces tenemos que asegurarnos, como emisores, que nuestro receptor quiere y puede recibir nuestro mensaje.

En todas las conversaciones con tus compañeros, con tu equipo, con la dirección de tu compañía, con cualquiera a quien quieras llegar, si quieres comunicar de manera eficiente, no basta con hablar, con preparar un discurso y soltarlo sin más.

Porque la comunicación es cosa de dos, pero es responsabilidad del emisor el que el mensaje llegue a su destino... y se entienda
Cuando tengas que enfrentarte a una conversación difícil o importante, en la que quieras realmente comunicar (del latín "comunis", que significa "en común") es bueno tener en cuenta algunos puntos que nos pueden ayudar. Algunos pueden parecer obvios, pero muchas veces se nos olvidan porque nuestro ego, nuestro impulso de "yo tengo razón", nos puede.


  1. Saber lo que queremos decir, estar convencidos de las razones y argumentos de nuestras ideas
  2. Ser conscientes de que no existe la verdad absoluta y que la persona con la que hablemos puede no estar de acuerdo con nosotros
  3. Saber escuchar las replicas de manera activa. No escuches para responder, escucha para entender, y una vez que entiendas, plantea tu contestación. No te precipites cortando al otro en su argumento con "tu razón"
  4. Saber identificar los momentos para conseguir una buena comunicación: no pidas un aumento cuando tu jefe acaba de discutir con un cliente, no vayas hecho una furia a hablar con una persona que te ha mandado un correo inorportuno o poco apropiado, ... No es siempre fácil, o casi nunca lo es... es sólo una reflexión que no siempre hacemos (y me incluyo)
  5. Ser claro en nuestra exposición y no utilizar lenguaje verbal ni corporal que pueda apabullar al otro. No queremos imponer, queremos compartir la información y que llegue al otro
  6. Cuando la conversación necesite aclaraciones, busca la manera más cercana de comunicarte. No utilices formalismos, correos o comunicación escrita. Busca la manera más adecuada de ser entendido. Es tu responsabilidad como emisor. Si el receptor no te entiende, pregúntate por qué... no será siempre porque no quiere... y si lo es, vuelve a preguntarte por qué.
Al final, si lo que queremos es comunicar, debemos dejar la "razón" y el "ego" detrás de la puerta y crear el mejor ambiente posible para que el entendimiento llegue. Es difícil, pero es lo que supone cruzar la línea para dejar de hablar y empezar a comunicarse... y a entenderse.

Todo un reto...


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