sábado, 18 de junio de 2016

¿Sabes trabajar en equipo?




Cuántas veces hemos escuchado, o hemos hecho esta pregunta en una entrevista de trabajo ... Cuántas veces no le hemos dado el valor que tiene y no hemos reflexionado lo suficiente antes de contestar. Todos decimos ... ¡¡sí, por supuesto!! Pero ... ¿es así? ¿Lo hemos dicho sabiendo lo que supone? Porque trabajar en equipo no es trabajar con un grupo de personas, es mucho más que eso, y por eso es tan difícil de conseguir. Un equipo de verdad, engranado, que funciona, se ve a lo lejos y no es necesario que nadie diga que lo es. Se percibe, se siente ... y se contagia.

¿Por qué es tan difícil de conseguir? Porque trabajar en equipo es una decisión individual, decisión uno por uno de cada uno de sus miembros. Si uno no quiere, no forma parte del equipo por mucho que los demás se empeñen. Puede trabajar con el grupo, pero no es lo mismo trabajar en grupo que en equipo. Un equipo tiene valores, los valores que lo mantiene unido ... un grupo ... no los tiene.

  • GENEROSIDAD. Cuando eres y te sientes parte de un equipo, le das más de lo que recibes ... o de lo que esperas recibir, porque dando, haces crecer al equipo, lo haces crecer, lo haces fuerte.

  • HUMILDAD. Cuando tengo un mal día, me dejo ayudar, dejo que otros brillen. Debo reconocer mis limitaciones y, si puedo elegir, rodearme de los mejores profesionales posibles, buscando siempre a los que sean mejores que yo. Cada uno tiene que aportar lo que mejor sabe hacer y reconocer que los demás también lo aportan. Nadie es mejor que nadie y todos aportamos nuestro valor. No hay nada que destroce más un equipo que la existencia de una "estrella" que quiere brillar por encima de los demás.

  • CONFIANZA. En los malos momentos, en las dudas, en las situaciones difíciles, la fuerza del equipo se atreve a seguir. El apoyo se siente y se asumen las decisiones complicadas para seguir adelante. Los errores se ponen de manifiesto cuanto antes para entre todos arreglarlos, no hay culpables, hay responsabilidades compartidas para lo malo ... y para lo bueno.

  • ENTUSIASMO. Del griego "estar poseído por Zeus". Es lo que nos hace grandes. Si no hay entusiasmo, no hay equipo. Es la gasolina que mueve el motor, lo que nos hace querer avanzar, superarnos, lo que nos contagiamos unos a otros en los malos días, y por supuesto en los triunfos.

  • COMPROMISO. Como en las parejas, aparece cuando la diversión se acaba. Cuando llegan los malos momentos, es cuando de verdad debemos seguir juntos y evitar malas caras, búsqueda de culpables y salvar nuestras sillas. Somos uno en lo bueno, y en lo malo. 
Y ahora vuelvo a hacer la pregunta ... ¿Sabes trabajar en equipo?


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