domingo, 17 de enero de 2016

De técnico excelente a jefe de proyecto



Estos días estoy leyendo muchas publicaciones y posts sobre liderazgo, gestión de equipos, jefes buenos… y sobre todo malos, sobre si cometemos los errores de nuestros jefes cuando nosotros llegamos a serlo, si la historia se repite o no lo hace. Parece que en todos ellos haya algo de lo que querríamos tener en un jefe, pero suena a utopía, como si no existiese… por suerte yo he tenido la oportunidad de comprobarlo… 3 veces (¡gracias jefes!, que sé que sabéis quiénes sois).

Así que leyendo muchas opiniones de expertos en desarrollo profesional, las recomendaciones de habilidades que recomienda el PMBoK, de personas que llevan equipos, de mi experiencia propia haciéndolo, de las vivencias que he tenido a lo largo de mi vida profesional, hago una pequeña reflexión de lo que ocurre para que no todos tengamos la suerte que yo he tenido, para que realmente nuestros jefes sean tan “horribles”… ¿o es un hándicap?

La mayoría de las personas con las que he trabajado, y la cultura de la mayoría de las empresas, tanto en las que he trabajado como con las que he colaborado, dice que la carrera profesional pasa de ser un técnico junior, que pasa a senior… y de ahí, a base de años de “experiencia”, y si se tiene un título adecuado, se llega a jefe de proyecto y a director de proyecto. Puede parecer razonable… o no. Si en esa experiencia se llega a ser el técnico más brillante del equipo, de la empresa, con ideas geniales para la evolución técnica continua pero no tiene habilidades interpersonales o de gestión, ¿qué pasa si lo hacemos jefe de proyecto? Pues quizás que hemos perdido a un técnico excelente y hemos ganado un mal jefe de proyecto.

¿Por qué ocurre esto? Quizás por una razón muy simple. Se paga mucho mejor a un gestor que a un técnico, y la ambición y las ganas de crecer muchas veces nos pueden. Si las empresas valorasen el buen trabajo, la “brillantez” y el compromiso de cada uno en su puesto, quizás estas cosas no ocurrirían. Esto sí puede que sea un poco más una utopía… o no. Por suerte también hay empresas que tienen valores de verdad… no muchas… pero como las “meigas”… “Habelas, hainas”

¿Quiere esto decir que no sirve cualquiera para jefe de proyecto? A lo mejor es muy “bruto” decirlo así, pero yo creo que no, igual que no sirve cualquiera para ser cirujano, o maestro, o bombero, o correr los 100 metros en 9 segundos, no todos los perfiles técnicos son buenos para ser jefes, no todos llevan el liderazgo innato o adquirido, ni saben ayudar a crecer a su equipo, sino que lo utilizan para “brillar” ellos. ¿Es eso un buen líder? Seguro que no ha dejado de ser brillante como técnico pero ¿Lo Respeta su equipo? (la “R” es mayúscula conscientemente) ¿Tiene un verdadero equipo? Si no es así, debería plantearse continuar su carrera siendo brillante como técnico… aunque nadie, por muy brillante que sea, debería olvidar en su desarrollo profesional el crecer como persona.

Os dejo como resumen de mis reflexiones lo que dice el PMBoK sobre lo que debe ser un buen director de proyecto, que comparto absolutamente, y que como podéis ver, no habla de conocimientos técnicos, titulación universitaria ni años de experiencia en la empresa…

“Los directores de proyecto efectivos adquieren un equilibrio de habilidades técnicas, interpersonales y conceptuales que los ayudan a analizar situaciones y a interactuar de manera apropiada. […]

·  Liderazgo

·  Desarrollo del espíritu de equipo

·  Motivación

·  Comunicación

·  Influencia

·  Toma de decisiones

·  Conocimientos políticos y culturales

·  Negociación

·  Generar confianza

·  Gestión de conflictos

·  Entrenamiento (desarrollo de su equipo)”

Anexo X3. Guía PMBOK®. Pág. 513. Quinta edición.


Así que si de verdad queremos ser jefes o directores de proyecto, de esos que nos gusta tener, crezcamos día a día para conseguir serlo.

Para mí, la mayor satisfacción de mi carrera profesional ha sido el reconocimiento de mi equipo, por encima del de mis superiores (que no está mal). Pero saber que has conseguido hacer crecer a tu equipo, a las personas que lo integran, y que éstas lo reconocen, lo sienten y lo aplican, es lo que realmente te hace crecer como persona. ¡Gracias chicos!

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