sábado, 14 de enero de 2017

6 consejos si tienes que despedir a un trabajador

La peor parte del despido se la lleva el trabajador

A lo largo de mi vida profesional me he visto en demasiadas ocasiones en la difícil tarea de despedir a un trabajador. Los motivos, tan variados como las situaciones, desde un fin de proyecto inesperado hasta situaciones extremadamente delicadas rozando el delito. En en todas ellas, creo que lo importante es asumir que la peor parte se la lleva el despedido, que es una persona y no un recurso ni un número de empleado, y no vale decir que me vuelvo "aséptico" porque así soy más profesional y no sufro al comunicarlo.

Después de 20 años de vida laboral, no sólo he protagonizado estas situaciones desde ambos lados, sino que he visto, he vivido y he sufrido situaciones de lo más variado y, por desgracia, muy pocas en las que se haya tratado el momento con la delicadeza y la humanidad necesarias.

Está claro que nadie, por muchos años que lleve de directivo y por merecido que sea el despido, se acostumbra a ser el mensajero de malas noticias. Obviamente cuando digo "nadie", es nadie que tenga un mínimo de humanidad y no haya olvidado que, en cualquier momento, el tiempo lo pondrá en su lugar, y que, cuando se despide a alguien, la responsabilidad no es sólo del despedido... como jefes algo hemos hecho mal: o nos hemos equivocado al contratarlo, o no hemos sabido gestionarlo, o no hemos estado atentos a lo que ocurría y la situación se nos ha ido de las manos. ¿A cuántas personas conocéis que hagan esta reflexión tras un despido?... Yo, por desgracia, a muy pocas ... En cuanto el empleado sale por la puerta, pasa la situación a segundo plano... y al olvido.

Cuando pensamos en un despido, todos pensamos de manera automática en el momento en el que se le comunica la situación al interesado, pero el despido empieza mucho antes, con la toma de la decisión.
¿Qué aspectos debemos tener en cuenta en un despido? Son sólo mis consejos, lo que creo que pueden ayudar a la situación, pero no la convierten, ni mucho menos, en un buen trago

  1. Es muy importante tener claros los motivos y hechos concretos que hacen que se produzca esta situación, porque una vez comunicado, no hay marcha atrás. Alguna vez he visto esta situación: se llama al trabajador, se le comunica lo que ha sucedido... y ni era cierto ni nada más que un rumor!! El trabajador se acaba yendo igual, y se ha generado una situación totalmente insostenible.
  2. No sabemos cómo va a reaccionar el empleado y no somos dueños de su reacción, pero sí de la nuestra. Mantengamos la calma y escuchemos el "chorreo" siempre que se mantenga el respeto personal. Es el momento más difícil de la vida profesional de la persona que tenemos delante y es normal que quiera saber qué pasa y por qué. Para evitar estas preguntas, es bueno que antes hayamos hecho el trabajo de avisarle. Hay muy pocas situaciones (algunas hay) que hagan que tengamos que despedir a un trabajador de manera fulminante... y ahí el trabajador también es consciente de ello.
  3. Mantengamos la confidencialidad de la situación y no se lo comuniquemos a nadie que no necesite saberlo antes que al propio empleado. ¡Qué triste resulta que el empleado se entere de que lo van a despedir antes de que se le comunique por la vía correcta! Además de triste, hemos generado una situación de conflicto innecesario, ya que lo más probable es que se nos pidan explicaciones... con razón.
  4. En el momento del despido, mi opinión es que su jefe inmediato es quien debe comunicárselo, aunque no haya tomado la decisión. Es la persona que más lo conoce y que más cercana ha sido en el día a día con el empleado. Otra cosa es que cuente con el apoyo de RRHH para la entrega de documentación y explicación de la misma, pero no debe escaquearse porque es un trago muy duro. En ese momento, sobran los cumplidos y, sobre todo, las falsas promesas. ¡Lo estás despidendo! No te comprometas a nada que no puedas cumplir, y no digas frases como "yo no quería pero...", lo único que haces es confundir a la persona. Sé claro, explica los motivos y ponte en su lugar al escucharlos, pero no digas que te sientes peor que él, porque es falso.
  5. Permítele despedirse de sus compañeros. Hay muchos motivos de despido que no requieren tratar al trabajador como si hubiese prendido fuego al edificio. Sin embargo, en muchas ocasiones he vivido cómo se llama a la persona a última hora de la jornada laboral, 10 minutos antes de que termine, se le comunica el despido, se le acompaña a recoger sus cosas, y de ahí a la puerta. No hay despedidas, ni se trata a la persona con el respeto que merece. Esto va a provocar, seguro, inseguridades, miedos y rumores entre las personas que se quedan. Si no ha hecho nada terrible, despedirse y desear buena suerte es un momento de desahogo importante.
  6. Una vez se haya ido el trabajador, explica a los demás, de manera concisa y sin entrar en opiniones, que se le ha despedido y porqué. Para los rumores antes de que empiecen. Nada hay que sea más destructivo que un equipo con rumores y apuestas de quién va a ser el siguiente.

Y ya pasado el momento, reflexiona sobre lo que ha pasado, qué ha fallado, qué has hecho mal, qué debes corregir, o qué debe corregir la empresa o el equipo. No permitas que esta falta de reflexión te lleve a cometer de nuevo el mismo error.

Dicen que es de sabios rectificar... también lo es aprender de los errores y de las cosas que suceden.

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